La luz y la oscuridad de Little Hope

Ilustración de cabecera realizada por Kat (Libres Líos)

Siempre he sido bastante fan de los videojuegos de corte cinematográfico, en los que la toma de decisiones tiene un peso fundamental sobre la historia. Ya con Fahrenheit (Quantic Dream, 2005) me enganché al género, y últimamente le he seguido la estela a las nuevas propuestas, que ahora se han ido inclinando cada vez más hacía la ambientación de «terror». Con Until Dawn (Supermassive Games, 2015) o The quarry (Supermassive Games, 2022) pasé unas horas bastante entretenidas, aunque sin pena ni gloria, quizás porque el tema «grupo adolescente huyendo del asesino» me pilla ya un poco mayor. Fue entonces, cuando buscando más títulos del estilo, me topé con The Dark Pictures Anthology (Supermassive Games). Dentro de la saga he tenido la oportunidad de jugar a sus dos primeras entregas, Man of Medan (2019) y Little Hope (2020). En este artículo me centraré en esta segunda, ya que me parece bastante superior a su antecesora. Y, personalmente, su historia me impactó muchísimo más.

Little Hope comienza con un prólogo donde presenciamos un incendio en el que una familia, a excepción del personaje interpretado por el actor Will Poulter, muere. Todo ello en medio de unas circunstancias un tanto extrañas. Pero enseguida nos trasladamos al presente, donde realmente da comienzo el juego, poniendo en nuestras manos las vidas de cinco personajes los cuales, tras un accidente de autobús, se ven atrapados en un pueblo donde antiguamente se realizaron cacerías de brujas.

A lo largo de la historia nos movemos entre el pasado y el presente para ir resolviendo la trama, conociendo a diferentes personajes (sus caras siempre son las de nuestros protagonistas, aunque se trate de personas diferentes). La intriga y la tensión están muy presentes, consiguiendo mantenernos expectantes todo el tiempo. Por supuesto los momentos de susto, o “jumpscares”, no faltan. Querremos investigar y saber más acerca de lo que pasa en ese pequeño pueblo. A diferencia de su predecesor, Man of Medan, donde era muy fácil hacerse una idea acertada de lo que estaba pasando en realidad, en Little Hope nos pasaremos todo el tiempo haciéndonos preguntas sobre qué demonios ocurre. Hay pistas, pero es complicado llegar a la conclusión real, cosa que ayuda a que el giro de guion final sorprenda, y a que mantengamos un interés constante por resolver la historia.

La investigación es interesante y, como es habitual en este tipo de videojuegos, las decisiones que tomamos tienen impacto en el desenlace de la historia. Realmente da la sensación de que lo que haces afecta a la trama, y que tus acciones cambian las cosas (aunque esta percepción, a veces, como ocurre casi siempre en este tipo de títulos, es un poco engañosa). Algo que es interesante es que el desarrollo de los personajes afecta al gameplay. Según cómo nos comportemos con ellos desbloquearemos algunas aptitudes psicológicas, que a su vez nos darán más opciones de respuesta o elección a lo largo de la historia. Algo que hace que el título sea bastante rejugable.

El gameplay sigue la estela de los títulos del género. Podremos ir avanzando mientras resolvemos (o más bien sufrimos) QTE (quick time events). Nos serviremos de nuestra rapidez y atino a la hora de escoger caminos para que nuestros personajes sobrevivan. Al margen de los momentos de acción, tendremos posibilidad de investigar por los escenarios que, aunque son más o menos lineales, contienen distintos objetos escondidos que nos darán pistas, y estas nos pueden ayudar a la hora de tomar decisiones cruciales, ya que en Little Hope nada es lo que parece. Así mismo el título, como ya viene ocurriendo con el género desde hace años, nos da la posibilidad de vivir la historia en modo multijugador. Los personajes se reparten, y así las decisiones que cada uno de ellos tome no dependen únicamente de ti. Algo que, en mi opinión, genera un añadido que lo vuelve más entretenido.  

La ambientación es oscura y siniestra, aunque quizás no llega a transmitir el “terror” que pretende. Sin embargo, sí que lo inunda todo en un halo de tensión que nos tiene alerta constantemente. La historia, que salta entre el presente y la época colonial, sabe mantenerse interesante en todo momento. Dudaremos de las intenciones de los personajes durante buena parte de la trama, y de nuestra investigación dependerá encontrar la verdad. 

Sé que este estilo de videojuegos no es santo de devoción de mucha gente, debido a que sus recursos en cuanto a jugabilidad son escasos, y están bastante estancados desde hace años. Y es cierto, al final son más bien una especie de «películas interactivas», que cuentan con el aliciente de tener diferentes finales según cómo los juegues. Soy de la opinión de que se debería dar algún salto más para mejorar la inmersión y las opciones de estos títulos para añadir mayor complejidad, aunque entiendo que lo importante aquí es la historia, y que las decisiones importen. Y para mí, cumpliendo con eso, ya tiene mucho terreno ganado. Aquí la historia importa, y los detalles también. 

Si buscáis algo con lo que pasar el rato en compañía, y no os importe sufrir un poquito, os recomiendo que le deis la oportunidad y os atreváis a visitar Little Hope.

Noe Alcaraz Soler

Con formación de ilustradora y alma de escritora. Busco en los videojuegos ese "algo" que remueve por dentro. De pequeña guardaba en un cuaderno los diálogos de Final Fantasy y aún puedo emocionarme si pienso en el final de MGS3.

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