Aparece el Archidemonio y ¡Bam! ya está aquí la Ruina. Dragon Age Origins (Bioware, 2009) es un juego de ambientación fantástica al que me gusta volver con más o menos frecuencia y que he acabado por conocer como la palma de mi mano. A pesar de no ser capaz de finalizar prácticamente ningún juego, algo hizo que quisiera llegar hasta el final de la historia e incluso más allá.