Night in the woods: La Paradoja del Regreso

Ilustración de cabecera realizada por Isi Cano.

 

¿Alguna vez has regresado al lugar donde creciste, solo para descubrir que lo familiar ahora se siente extraño? ¿Has sentido la melancolía de caminar por calles que una vez te conocieron, pero que ahora murmuran secretos que no comprendes? ¿Te has enfrentado a la paradoja de extrañar un hogar que ya no existe como lo recordabas? Night in the Woods (Infinite Fall, Secret Lab, 2017) invita a un viaje emotivo, donde Mae, al volver a su hogar natal después de una ausencia prolongada, se sumerge en la exploración de estos sentimientos universales. A través de su historia, este juego se convierte en un espejo para todos aquellos que han partido y vuelto, solo para encontrar que su lugar de origen, al igual que ellos, ha cambiado irrevocablemente.

En su universo, revelado en susurros y sombras, la vida se presenta como un tapiz de patrones, cada hilo interpretado de manera única por aquellos que lo contemplan. Estos patrones, entrelazados con las percepciones y rutinas diarias, cobran vida y significado al compartirse, reflejando la evolución constante de la comunidad. Con un estilo artístico que roza lo etéreo, el juego invita a sus personajes a navegar y descifrar estos laberintos de existencia. En este viaje, se encuentran, se pierden y, finalmente, emergen, si no curados, al menos transformados, en un lugar ligeramente más luminoso que el punto de partida. Night in the Woods no solo es un juego, sino una odisea de autoconocimiento y conexión.

Mae, su protagonista, personifica las encrucijadas de la juventud adulta. Al regresar a su pueblo tras dejar la universidad, se ve inmersa en las complejidades de la vida adulta, enfrentando responsabilidades y expectativas. La transición a la adultez se caracteriza por la asunción de responsabilidades, la comprensión de las consecuencias de las acciones y la gestión de las expectativas de uno mismo y de los demás. Ella experimenta estos desafíos mientras lidia con sus propios dilemas internos, reflejando la complejidad y las luchas emocionales típicas de esta etapa de la vida.

Al regresar a Possum Springs, Mae busca su pertenencia en las calles ahora desconocidas de su infancia resuena con una nostalgia dolorosa. Se ve atrapada en un delicado equilibrio entre la libertad y la responsabilidad, luchando por conciliar su anhelo de independencia con las obligaciones hacia su familia y amigos. Su viaje es una danza melancólica entre el deseo de autodescubrimiento y las expectativas sociales, una odisea de autoconocimiento en medio de la incertidumbre.

Mae navega por un mar de relaciones cambiantes con sus amigos de la infancia y su familia. Cada encuentro, un espejo de tensiones y conflictos en el crecimiento, teje un delicado tapiz de conexiones que luchan por mantener su significado a pesar de las divergencias del tiempo. En este baile de almas que evolucionan, se descubren capas vulnerables, destapando emociones profundas. Estos momentos de revelación forjan un entendimiento más profundo, teñido de empatía y crecimiento personal. Ella y sus compañeros aprenden a aceptar y sostenerse en sus luchas, un abrazo silencioso de apoyo en la odisea de sus vidas.

Se enfrenta a las sombras opresivas de expectativas sociales, un susurro constante sobre lo que debería ser. Entre la presión de un empleo estable y el eco del éxito, busca su propio camino en la bruma. En la penumbra del juego, Mae camina con el peso de la ansiedad y la sombra de la depresión, compañeras silenciosas de su jornada. Este reflejo de las tribulaciones mentales que asolan a la juventud adulta se pinta con trazos honestos y sensibles. Su lucha, un eco del estrés, la incertidumbre y la presión inherentes al umbral de la madurez, habla de una búsqueda incesante de apoyo y comprensión. En su andar, ella encarna la vulnerabilidad y la fortaleza, un faro para aquellos navegando en las aguas turbias de la salud mental en tiempos de cambio.

Night in the Woods destaca por su paleta de colores vibrante y escenarios de pueblos pequeños que capturan el corazón y la imaginación. Su estilo 2D, sencillo pero efectivamente iluminado, crea escenarios dramáticos y memorables, especialmente en secuencias de sueños y pesadillas. Hace un uso excepcional del espacio negativo, tanto en el sentido físico, con áreas minimalistas en los niveles, como en el conceptual, insinuando temas como la decadencia urbana y problemas económicos a través del ambiente y el diseño sin abordarlos directamente. Esta sutileza en la narrativa y el diseño visual establece un tono melancólico y contemplativo, donde los silencios y los paisajes desolados son tan elocuentes como lo que se expresa abiertamente, creando una experiencia rica en subtexto y significado.

En el juego, la simbología profundiza la narrativa y conecta emocionalmente con el jugador. La Luna Creciente, un símbolo de cambio y transformación, refleja el crecimiento personal y el paso del tiempo, alineándose con los temas de transición de los personajes. Los ojos simbolizan observación y percepción, especialmente en personajes como la secta «Black Goat», enfatizando la importancia de la conciencia. La música representa expresión y conexión, ilustrando la búsqueda de identidad y la formación de vínculos. El tren que cruza Possum Springs simboliza movimiento y limitaciones, evocando oportunidades perdidas y deseos de escapar. Los videojuegos internos, como «Demon Tower», son metáforas de escapismo y nostalgia, reflejando el propósito del juego como medio de reflexión y escape.

A medida que las hojas del otoño caen en Night in the Woods, nos despedimos de Mae y su mundo, un collage de emociones y descubrimientos. En su camino, ella nos ha mostrado que, aunque la vida a menudo nos envuelve en sombras de duda y temor, siempre hay una luz de esperanza y entendimiento esperándonos. Al final, este viaje no es solo sobre encontrar respuestas, sino sobre aprender a hacer las preguntas correctas. En la despedida, dejamos a Mae en un lugar más brillante, un dulce recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros, la transformación y el crecimiento son posibles. Night in the Woods, más que un juego, es un poema a la resiliencia del espíritu humano, una melodía suave de despedida que resuena con la dulzura de los sueños cumplidos y las esperanzas renacidas.

Irene Kalu

Estudié Cinematografía y Artes Audiovisuales, mi TFG fue un speedrun académico de Undertale y ahora me dedico a la edición de vídeo en KISSFM (porque el estómago de una tiene que llenarse) y otras muchas cosas (porque el alma también). Vivo entre siestas y tartitas de queso.

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