Violeta Sáez Foto de cabecera realizada por Paz Molina
Es difícil construir historias que acaben ocupando un lugar especial en la memoria y en las vivencias de las personas. Pero, cuando eso ocurre, volver a reencontrarte con un lugar y unos personajes a los que puedes llamar casa te hace sentir especial. Porque sabes que ese lugar, de alguna forma, te pertenece al conocer todos sus detalles y matices. Pero es posible ir un poquito más allá… Si tenemos una mente despierta e inquieta podemos incluso no habernos conformado con disfrutar simplemente de esa historia y esos personajes, sino continuarla a través de nuestra imaginación.
Final Fantasy VII es una saga que tiene más de veinte años a sus espaldas y más que una entrega de Final Fantasy ya es una saga en sí misma. La Compilación Final Fantasy VII ha ampliado toda su historia, haciéndola más grande y más rica. Su historia cuenta además con una legión inmensa de fans que han ido imaginando y construyendo nuevas narrativas en torno a sus personajes favoritos. Solo hay que entrar en cualquier página de fanfictions y buscar Final Fantasy VII para saber la cantidad de historias que se han escrito y se escribirán sobre Cloud y compañía –yo misma durante mi adolescencia leí muchas de estas historias–.
Con estos antecedentes, el trabajo de Tetsuya Nomura y compañía era colosal. Conseguir contentar a toda una colonia de fans, ávidos por más contenido sobre la saga y con muchos años a sus espaldas esperando un posible Remake, no era fácil. Pero creo que el equipo de Nomura ha sido inteligente y no solo ha jugado, precisamente, con las expectativas de las jugadoras sobre el remake en sí mismo sino que también ha logrado darle un nuevo significado haciendo a los propios fans partícipes de él.
Víctor Martínez (chiconuclear) lo comentaba precisamente en Anait en su artículo “Más allá del cielo de acero” donde afirmaba que Final Fantasy VII Remake utilizaba a la propia jugadora para deshacerse del recuerdo que tenía sobre el juego. Resulta una lectura muy acertada pues la idea de Nomura realmente con este remake no era tanto volver a hacernos recordar aquella historia sino construir una nueva, cimentada en todo el contenido que posteriormente se ha ido generando sobre él.
Vivimos un momento donde las compañías cada día apuestan menos por arriesgar y crear cosas nuevas. Square Enix nos da una de cal y otra de arena porque realmente han querido hacer algo nuevo, pero jugando al despiste y al engaño vendiéndonoslo como un remake de una historia y personajes que ya conocemos. La controversia en torno a esto se puede dividir según lo que cada jugadora desease o esperase de la vuelta de Final Fantasy VII: si revivir, punto por punto, una historia que ya conocía o construir algo nuevo con todo lo que ya se ha contado sobre esta historia.
Me gusta revivir historias que para mí simbolizan casa pero es cierto que me gusta imaginar posibles alteraciones de esa historia principal y jugar con sus personajes. Creo que por eso me gustaba tanto leer fanfictions, porque de alguna manera me ayudaban no solo a seguir disfrutando de unos personajes y una historia que me habían conquistado sino que me brindaban nuevas posibilidades dentro de los márgenes marcados por los creadores de esa historia. Por ese motivo, si me dan a escoger entre venderme un remake o hacer algo nuevo siempre elegiré la segunda opción.
Los fanfictions te llenan pero no te nutren – Clara Doña 2021
Así pues, me satisface lo visto y jugado en este falso Remake de Final Fantasy VII. No solo he podido reencontrarme con unos personajes que me gustan y me traen tan buenos recuerdos, sino que me está permitiendo vivir una nueva aventura con ellos. De alguna forma las sensaciones que me ha transmitido esta nueva entrega son muy parecidas a las que sentía con 16 años cuando leía ávidamente aquellas narrativas inventadas por los fans sobre estos personajes. Solo que esta historia va a ser canon y me va a permitir conocer y saber qué habría pasado si ciertos personajes no hubiesen muerto o ciertos acontecimientos no hubiesen sucedido.
Todo esto además narrado de tal manera que nos permite revivir la historia original pero profundizando en sus personajes, dándoles más valor y peso. Haciendo que cobren más vida y trasfondo porque los videojuegos han evolucionado y la forma de contar historias en ellos también.
Pero, llegados a este punto, ¿por qué hacer esto con Final Fantasy VII y no con otro juego de la saga? ¿Qué hace tan especial a esta entrega? Debemos recordar que Final Fantasy VII fue el primer juego de rol japonés que llegó a Europa, además localizado –la localización era horrible pero al menos venía traducido–. Su impacto fue enorme y el juego vendió millones de unidades. Sin embargo, Final Fantasy VIII y en menor medida el nueve también tuvieron un impacto muy grande y Square Enix no ha puesto tanto esfuerzo en seguir ampliando el universo de estas dos entregas.
Creo que una de las cosas que hace a esta entrega tan especial es que insinúa más que cuenta: el triángulo amoroso entre Tifa, Cloud y Aeris; las verdaderas intenciones de Shinra; el origen de Aeris y el verdadero alcance de sus poderes; los cetras y su historia; la corriente vital; la personalidad de Cloud… Durante la saga se juega muchísimo a dejar caer cosas más que contarlas, algo muy común entre los creadores japoneses, y que en Final Fantasy VII está especialmente agudizado.
En el juego original la historia de Zack Fair, que parecía un elemento sin mucha importancia y que podía pasar muy desapercibido, le da un giro de 360 grados a la historia y un sentido a la personalidad tan particular de nuestro protagonista Cloud. La forma en la que Aeris trata a Cloud, jugando todo el rato entre la hermandad y el interés amoroso, genera unas expectativas y unas ganas de saber más que no son nunca resueltas –especialmente cuando añadimos a la coctelera a un magnífico personaje como Tifa–. Las verdaderas intenciones del profesor Hojo, padre de Sefirot y uno de los científicos más importantes de Shinra, se dejan caer todo el rato pero sin dilucidar claramente a dónde quiere llegar.
La magia de insinuar más que mostrar hace que todo adquiera un matiz muchísimo mayor y que el interés por lo que nos están contando se dispare. En ese sentido, incluso en la propia compilación Final Fantasy VII, muchas cosas se siguen dejando en el aire lo que sigue provocando una necesidad por parte de la jugadora de querer saber más sobre esos personajes o imaginar qué podría ocurrir con ellos.
Que existan personajes como Lucrecia, Vincent, Hojo o Zack, con un papel algo más secundario, le da una cantidad de matices brutal a la historia, enriqueciéndola y permitiendo que las jugadoras indaguemos más en esos pequeños detalles una vez conocemos la trama principal. Es precisamente aquí donde creo que Final Fantasy VII Remake se fortalece, pues personajes que parecían no tener mucha importancia como Jessie, Biggs o Wedge toman mayor protagonismo y ganan mayor tridimensionalidad tanto por sus diálogos como por pequeñas nuevas escenas que nos permiten conocerlos más y empatizar más con ellos.
Quizás la única pega que le puedo poner a este remake es el poco esfuerzo por intentar contar no solo con sus diálogos y personajes, sino también con su mundo. Es cierto que a nivel visual es todo un espectáculo, pero Square Enix peca desde hace muchos años por contar con diseños de niveles muy lineales y pasillescos. La narrativa ambiental carece de peso y es una pena que simplemente se hayan limitado a colocar elementos en el escenario sin darle un sentido dentro de ese mundo.
Lo mismo ocurre con sus transeúntes o npcs con los que interactuamos para completar misiones secundarias. Sus atuendos desentonan demasiado con los de los protagonistas, que cuentan con un estilo más anime mientras que el resto visten de forma más normal y cotidiana. Evidentemente estos personajes no se pueden modelar con el mismo mimo que el de los protagonistas principales, que conocemos y son muy característicos, pero sí podrían haber conseguido una mayor unificación de Midgar y su mundo, creando una arquitectura que nos permitiera conocer más la historia de este.
Pese a sus defectos y virtudes si algo tengo que agradecerle a este remake es el haber podido reencontrarme con unos personajes y una historia a la que considero casa. Una casa a la que quiero volver siempre y de la que quiero seguir descubriendo y viviendo nuevos matices. La política de Square Enix con el Remake y su división por partes no es la mejor del mundo y aún no sabemos cuándo saldrán el resto de entregas. Pero han conseguido mantener nuestro interés de nuevo por esta historia, lo cual no era nada fácil.
Es posible que la idea de Remake como tal haya sido un engaño pero me alegro de haberme dejado engañar, porque lo que está por venir será algo nuevo que aún no he experimentado. Una suerte de “qué habría pasado si…” que tengo muchas ganas de disfrutar y vivir. La experiencia Final Fantasy VII, el original, ya la viví y quedará para siempre en mi recuerdo. Ahora solo quiero dejarme llevar a través de una nueva línea temporal que me permita seguir disfrutando de unos personajes e historia que me encantan y de la que jamás conseguiré desvincularme, ni quiero hacerlo.
Me ilusiona lo que está por venir y, sea lo que sea, aquí seguiré para poder compartir mis sensaciones y emociones al jugarla con todas vosotras.
¡Bravo!
Gracias Juan <3