Mutazione y la memoria heredada

Ilustración de cabecera realizada por Lucía.

“Intento no pensar demasiado en el pasado. Pero a veces es agradable pasearse por él, como si fueras de vacaciones”
(Yoké)

La muerte y los rituales sociales que la encuadran suelen estrechar los vínculos personales. No sabría decir si ocurre porque somos más conscientes que nunca de lo que el paso del tiempo puede arrebatarnos o es una cuestión de que es la única circunstancia que nos iguala -de momento- a todos los seres humanos que habitamos el planeta, vengamos de las circunstancias que vengamos. O una mezcla de ambas.

No es la muerte sino su cercanía la que mueve los hilos de Mutazione (Die Gute Fabrik, 2019) en una doble vertiente. Por un lado, tenemos el viaje de la protagonista, Kai, a la isla que da nombre al juego porque su abuelo Nonno está tan enfermo que realmente teme por su vida. En un segundo plano, que subyace durante todo el juego y actúa de motor de todas las tramas que nos encontramos, la propia historia inherente a la isla: un meteorito impactó contra este territorio hace décadas provocando que la mayoría de personas se marcharan y proliferara la más tierna vida mutante.

La llegada de Kai agita los calmados cimientos de los habitantes de Mutazione, quienes, acostumbrados a vivir en una pequeña comunidad desde hace muchos años, reciben a la adolescente con ganas de cuidarla y que se sienta en casa. Y es que, en cierta medida, aunque nunca la haya visitado y ni siquiera conozca todavía a su abuelo, la isla también es el hogar heredado de Kai, pues es donde su madre se crio. Este aspecto perseguirá a nuestra protagonista durante los siete días que dura su periplo, ya que su madre nunca ha querido volver y resolver las carencias que ha sufrido en la relación con su familia.

Así pues, cuando Kai se presenta ante su desconocido abuelo, que descansa a duras penas encima de su cama debido al avanzado estado de su enfermedad, acaba topándose con una parte de su memoria familiar que le había sido arrancada hasta ese momento. Pero este aprendizaje no se produce de golpe, sino que es administrado a través de las conversaciones y las pequeñas tareas que habrá que ir completando para avanzar en la historia.

Cuando Nonno le enseña a Kai un ritual que llevar a cabo para acelerar el crecimiento de las plantas del lugar la joven no tarda mucho en demostrar que ha heredado un extraño “don” que ha marcado la vida en la isla de Nonno, al que tienen como el chamán de Mutazione. A través de este ritual, Kai irá aprendiendo a trabajar en una serie de jardines que están repartidos por toda la isla y que estarán caracterizados con diferentes estados de ánimo. Es tal vez la mecánica de los jardines uno de los aspectos más agradables y embelesadores del juego: cada planta reproducirá el sonido de un instrumento y, así, Kai irá sembrando melodías que la irán hermanando con mayor profundidad a las raíces de esa isla llena de historia.

Mutazione - Terebi Magazine

Aparte de su excelente apartado artístico, uno de los placeres en Mutazione es, sin duda, recorrer cada rincón de la pequeña isla y charlar con todos sus habitantes. De esta manera, Kai irá obteniendo más información sobre Nonno y la infancia de su madre, a la vez que va conociendo a cada habitante y ahondando, mediante la conversación, en algunas de las heridas que todavía permanecen abiertas en el lugar.

Es quizás en esta mecánica del quinto juego de Die Gute Fabrik donde son más palpables las reminiscencias de otros títulos como Oxenfree. Las conversaciones con los vecinos de la isla serán el vehículo para que todos los personajes, con Kai a la cabeza, progresen en la historia y en sus mundos internos. Así, podremos acercarnos al denso silencio de Miu, enternecernos con el enorme Tung y su pasión por las telenovelas italianas, vislumbrar la sensibilidad vibrante de Spike o reflexionar gracias a la sabiduría de Yoké. No en vano en los títulos de crédito se puede rastrear el nombre de Tanya Depass como asesora de diversidad, un detalle, como tantos otros que tiene Mutazione, que cristaliza en la profundidad de cada uno de los personajes que tenemos la suerte de conocer.

Los diálogos están escritos con tal naturalidad que no pesan ni sobran, puesto que acaban siendo la antorcha que va iluminando poco a poco los corazones que han resistido en la isla. De esta manera, no será casualidad que la mayor parte del lugar esté en ruinas y podamos recorrerlas y descubrir rincones ocultos. Al final, los paisajes fascinantes de Mutazione serán un reflejo de las personas que allí habitan y que no han dejado cicatrizar su pasado emocional, y el paso de Kai por sus jardines sacará polvo al pasado de todos sus vecinos. La historia, firmada con maestría por Hannah Nicklin, regala reflexiones reseñables (destaco cómo sobrevuela sobre el concepto de espiritualidad y cómo puede convivir -o no- con la ciencia) y también momentos íntimos que son una verdadera delicia, como el protagonizado por Miu y Kai flotando sobre una charca escondida o la barbacoa nocturna a la que te invitan y te acogen como una más.

A pesar de la ausencia de su madre y la convalecencia de Nonno, Kai acaba sintiéndose parte de ese lugar en el que nunca había estado pero cuya savia corre por las venas de su familia. Se podría decir que su distancia respecto a los conflictos que su abuelo y su madre sí conocen la favorece para actuar de pacificadora y ayudar a los vecinos a dar cada punto de sutura necesario. Suele ocurrir con las segundas generaciones de las sociedades que han vivido conflictos traumáticos: después del silencio inicial que sobreviene a un trauma, los hijos y nietos de las personas que lo vivieron en primera persona actúan como bisagra para reivindicar la memoria del pasado y poder alcanzar cierta catarsis personal (y, a veces, también social, aunque de esa historia, mucho más larga, tendremos que hablar otro día).

Mutazione - Terebi Magazine

La muerte y su proximidad acaban llevando a Kai a Mutazione. Lo que iba a ser un viaje a una isla extraña llena de mutantes acaba convirtiéndose en una aventura en la que acunar misterios íntimos y comunes y caminar de puntillas por el pasado. Para pasear un poco por él, como diría Yoké, pues no existe otra manera de poder afrontar de manera correcta el presente.

Así que no lo dudéis. Subíos al siguiente ferry y respirad tranquilos cuando irrumpa en vuestra mirada un cartel comido por la vegetación que os anuncie: Bienvenidos a Mutazione.

Mutazione - Terebi Magazine

Elena Cortes Alonso

Un día me puse enferma y no pude ir al cole, así que enchufé la Playstation de mi hermano y me enganché a Crash Bandicoot. Desde entonces soy adicta a las historias que cuentan los videojuegos. Y a la escritura, al cine, a viajar, a todo aquello que se geste en las calles, y al katsudon.

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2 comentarios

  1. Qué gusto da leerte. Siempre.

  2. Qué gusto da todo el amorcito que nos das, Juan.

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