Battle for Azeroth: primeras impresiones de la Beta

Empecemos, como casi siempre, por las confesiones. Llevo jugando al World of Warcraft desde el inicio de los tiempos. Soy de las que sufrí limpiando Molten Core -conseguir 40 jugadores no era siempre fácil-, para las que acabar con Onyxia fue todo un hito y de las que acabó odiando Ahn’Qiraj (es una zona a la que me ha costado volver incluso cuando ya podía hacerla sola). Al principio fui jugadora hard core, algo que dejé de lado cuando me di cuenta de que tenía dos trabajos: el que pagaba las facturas y el que me tenía despierta hasta la madrugada 5 días a la semana, cuando no 7. Estuve cerca de un año sin jugar alrededor de 2013 ó 2014, entre Pandaria y Warlords of Draenor, pero durante más de una década WoW ha sido una constante en mi vida. Incluso con la mano escayolada, en que alternaba jugar a Los Sims con subir pesca a todos mis alts. Soy, por lo tanto, una enganchada al juego.

Lo cual no quiere decir que siempre me haya gustado o que me sepa el lore como si fuera mi Biblia personal. De hecho, soy un desastre para los nombres, a veces olvido trozos enteros de historia y reconozco que muchas veces he completado misiones sin leerme los textos. Sin olvidar que no me he adentrado en las novelas, cómics y demás con la excepción de Dark Legacy Comics, que no cuenta como lore aunque me gustaría. Sin embargo, nada de todo esto me impide disfrutar de un juego al que he dedicado más horas de mi vida de las que me gusta admitir.

Por eso, cada vez que me llega el aviso al mail, o mediante la aparición de una nueva opción en el desplegable del launcher, de que tengo acceso a la Alpha o la Beta de una nueva expansión, me lanzo a por ella. Con la ventaja de saber que, muy probablemente, para cuando se lance de verdad, yo ya habré olvidado la mitad. También influye que, de un tiempo a esta parte, prefiera hacerme personajes que es poco probable que llegue a jugar en la versión Live: cualquiera perteneciente a la Horda. Así, además, puedo conocer las dos caras de la historia. Y eso es lo que he hecho en esta ocasión con la Beta de Battle for Azeroth. Aunque, por motivos que explicaré más adelante, en esta ocasión también he jugado un poco con la Alianza.

Por desgracia, en esta ocasión, no voy tan rápido como me gustaría, por lo que no voy a ser capaz de realizar un análisis al detalle de todo lo que esta expansión tiene para ofrecer, pero sí puedo señalar las siete cosas que más y menos me están gustando hasta ahora. Posiblemente sin orden ni concierto.

1. Como siempre, el trabajo realizado para crear un arco narrativo interesante en las dos facciones me está pareciendo impecable. Sigo sin entender muy bien cómo después de todo lo ocurrido en Legion las dos facciones deciden, de pronto, enfrentarse de nuevo y volver a los orígenes, pero confío en que quede explicado de aquí al 14 de agosto. Una vez superado esto, y el desconcierto que por tanto sentí al plantarme en la Batalla de Lordaeron con cualquiera de las dos facciones, las dos líneas narrativas, cada una en un continente, me están encantando. Así como el hecho de que, en mayor o menor medida, tengas que ganarte la confianza de los moradores de los nuevos continentes. En ese sentido, me recuerda a lo que más me gustó de Pandaria, que fue precisamente el tener que introducir a tu héroe en una cultura completamente nueva y demostrar tu valía. Si voy a tener que matar 400 cerdos para conseguir 20 hígados, al menos que sea por una buena causa.

2. Magni Bronzebeard, de nuevo. Que tiene sentido su aparición, de acuerdo. Que esta vez es más rápida, también. Pero reconozco que me entró un poco de urticaria cuando acepté la quest de ir a verle. Miedo me daba verme envuelta en otra misión eterna.

3. Los artefactos viejos y nuevos. No sé vosotros, pero después de lo que me costó lograr cada uno de los artefactos de clase en Legion, me cuesta mucho separarme de ellos. Que sí, que sabíamos que sólo eran para Legion, que el sistema para subirlos de nivel se había convertido en una tortura y que el tener que conseguir cientos y miles de billones de puntos de poder había alcanzado niveles ridículos. Pero ¡quiero que me devuelvan a Hati!

Por otro lado, después de lo que pasamos para conseguir nuestras preciosas armas (había cadenas de misiones más o menos fáciles, pero todas exigían al menos una inversión de tiempo), cómo conseguimos el nuevo artefacto en Battle for Azeroth (al menos en le Beta) es, cuando menos, decepcionante. La sensación de habértelo ganado no está ahí. Al menos para mí.

4. Volvamos a lo bueno: el aspecto gráfico de las nuevas zonas, y la mejoría que suponen algunos mapas. Yo, que soy inútil para leer un mapa (real o de videojuego), me declaro fan absoluta del de la ciudad de Boralus. La única queja, que he leído también en los foros, es que el símbolo de los grifos y los ferris son el mismo, pero no están conectados, así que a veces me he encontrado yendo a uno pensando que era del otro tipo.

Los paisajes y las zonas de misiones me parecen, en general, preciosos, y me gusta que cada subzona tenga su propio estilo. Las ruinas de Zandalar en las que te conviertes en cobra me encantaron, y puedo creerme que estén plagadas de serpientes. Y las cinemáticas de algunas misiones son de quitarse el sombrero. De momento, las que más me han gustado corresponden también a Zandalar y la misión que implica recuperar recuerdos olvidados.

5. La misión The Stormwind Extraction es, posiblemente, de lo mejor que he jugado hasta ahora. Divertida, bien concebida y ejecutada y con diferentes habilidades que testear. Me lo pasé en grande mientras la hice y sólo me dio pena saber que, siendo Alianza, no la iba a disfrutar en la versión final. Al menos durante un tiempo. Gana muchísimos puntos si, además, la comparas con lo que lleva a la Alianza a Kul Tiras (un barco, cinemáticas muy chulas pero en las que eres un elemento pasivo y, una vez más, despertar encarcelado).

6. Jaina Proudmoore apareciendo de la nada y sin que haya una sola referencia a su abandono en Legion no termina de convencerme, pero confío en encontrar respuestas a lo largo del camino. Si las hay ya y no me he enterado, ¡no me hagáis spoilers!

7. Después del título “The Crazy Cat Lady/Man” que se obtiene mediante el sistema de logros, Blizzard ha decidido recrear en un NPC la encarnación del mismo. Su existencia ha sido el motivo oculto para crearme un personaje Alianza en la Beta, y estoy deseando, cuando se lance el contenido, poder visitarla con mi personaje principal, orgullosa portadora del título allá por donde va. Lo mejor de todo, que puedes acariciar a todos sus mininos.

Aún me queda mucho por explorar en Zandalar y Kul Tiras, y mucho contenido por experimentar. El sistema de profesiones es uno de ellos, y me puede dar la información necesaria para saber si debo cambiar de profesión antes del 14 de agosto, suponiendo que algunos de los objetos creados sean realmente de utilidad (de momento, por lo que he leído, sólo le veo utilidad real a Joyería). Las expediciones y los Warfronts ocupan también un puesto alto en mi lista. A nada que estén bien planteadas, sospecho que acabarán consumiendo buena parte de mi tiempo de juego. Mi único miedo es que, al ser escenarios cooperativos, sea imposible reclutar los suficientes jugadores unos meses después del lanzamiento. Y, por supuesto, las nuevas raids y dungeons.

De momento, seguiré intentando descubrir los secretos de esta nueva expansión y compartirlos con vosotros. ¡Por la Alianza! ¡Por la Horda!

P.D.: No, no me he olvidado de las razas nuevas, y aunque me debato entre considerarlas parte de la expansión o no, la idea es, en poco tiempo, escribir solo de ellas, así que no me apaleéis, al menos de momento…

María Martín

Licenciada en Periodismo, llevo juntando letras desde que tengo uso de razón, y ganándome la vida con ello desde hace unos 20 años. Jugadora desde los años del Commodore 64, le debo todo lo que sé a Sierra Entertainment y LucasArts. Lectora empedernida y consumidora incansable de series y de cine, me desestreso con los shooters, adoro las aventuras gráficas y he dedicado cientos de horas a seguir siendo igual de desastre con los plataformas que cuando empecé. Si no me ves en la vida real será porque esté paseando por Azeroth con mi elfa druida.

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