The Pirate’s Fate: primeras impresiones

Por Samanta Sempere.

The Pirate’s Fate es una apuesta por la innovación de los videojuegos sobre piratería, uniendo la esencia de los ‘choose your own adventure‘ con acción, mujeres poderosas, romances explosivos y una estética furry adorable

«El hechicero más maravilloso era un sabueso de poder casi ilimitado. Él buscó usarlo para sanar el mundo. Hambre, preocupación, culpa, miseria… El mago estaba seguro de que, utilizada como era debido, su magia eliminaría todo aquello de la Tierra. Creó artefactos para canalizar ese poder, el mayor tesoro que puedas imaginar. Pero cuando lo compartió con otros… ellos lo utilizaron mal y corrompieron su propósito. Aún así, el hechicero continuó al pie del cañón, sacrificando su magia y su propia vida para terminar esa obra maestra, que fue esparcida hasta los confines del planeta.»

Como ya sucedió hace años en la literatura y el cine, la piratería se ha convertido en una temática cada vez más recurrente dentro de los videojuegos. Sin embargo, pocas de estas obras se han atrevido a renovar el concepto e ir más allá grandes leyendas, tesoros misteriosos y las famosas batallas navales para multijugador. La obra que os presentamos hoy, lanzada el pasado 27 de marzo tras recaudar más de 15.000$ en Kickstarter, es todo un ejemplo de innovación dentro de la escena indie. ¡Bienvenidas a The Pirate’s Fate!

Mila y los Dread Pirates.

En The Pirate’s Fate asumiremos el papel de Mila, una joven comerciante que naufraga y es rescatada en alta mar por los Dread Pirates (Piratas Temibles). Más que bandidos, en su despertar se encontrará con un variopinto grupo de cazatesoros amantes del mar y los misterios: capitaneando la tripulación encontraremos al diplomático Darious, seguido por la temible Morgana y un sarcástico cartógrafo llamado Leeko.

Aunque la unión parece fruto del destino, iremos descubriendo que tiene poco de casual: durante años, los Dread Pirates han perseguido el tesoro legendario del ‘hechicero más maravilloso’ (‘the most wonderful wizard‘), cuyas únicas pistas son unas monedas inscritas dispersas por todo el mundo. Mila posee una de ellas a modo de colgante, y por ello es de vital importancia que acompañe a los aventureros en su viaje.

Pero el camino hacia el tesoro, como nos advierten al principio, no será fácil. Frente a los Dread Pirates tendremos a Rourkie y su sanguinaria banda, quienes también buscarán hacerse con el secreto que oculta la leyenda del hechicero. Sin embargo, sus métodos no serán tan diplomáticos ni éticos como los nuestros, haciendo peligrar incluso la vida de Mila y sus camaradas.

Además de este reparto principal, encontramos un pequeño elenco de personajes secundarios que nos otorgarán pistas o pondrán dificultades según nuestra actitud y sus intereses personales, como Abby o Tam-Tam. Incluso veremos que la tripulación crecerá por momentos, mientras en otros disminuye a la vez que aumentan las dificultades para el grupo. De esta manera, piedra a piedra, nuestra protagonista y los Dread Pirates irán construyendo su camino hacia el secreto del mago.

Escena de presentación de Rourkie en la taberna de Abby.

En relación a la toma de decisiones, y frente a otras historias del mísmo género, podemos afirmar que tienen un peso muy significativo. Cada una de las 300 elecciones disponibles cuenta tanto en el camino tomado como en Mila, cuya apariencia evoluciona para dar mayor peso a nuestras acciones. No solo hablamos de un cambio a nivel físico, sino también de vestuario y actitud frente a ciertas situaciones. Así, encontraremos ocho ramificaciones y unos 20 finales, dando aún más sentido a la frase que consta en la moneda de Mila: «Conviértete en aquello que buscas»Become what you seek«). Lo que eres hoy no define quién serás mañana.

Por otro lado, es de agradecer que The Pirate’s Fate cuente con multitud de escenas en las que una o varias mujeres tienen el control de la situación. Son fuertes, independientes y capaces de valerse por sí solas a la hora de conseguir información, negociar e intimidar a otras personas. En este sentido, y aunque la protagonista tiene sus momentos estelares, la mejor de todas es Morgana. Podría decirse que es la secundaria no antagonista con más importancia del juego puesto que conecta a Mila y los Dread Pirates con Rourkie a través de su pasado en común.

Morgana: "¡Todo el mundo sabe que comer pasteles engorda, idiota!"

Otro punto a favor de esta visual novel es que, además, se atreve a incluir lo que la literatura piratesca ya venía tratando desde hace tiempo: los romances. Se trata de una apuesta innovadora viendo la línea de otros juegos actuales como Assassin’s Creed IV: Black Flag, que dejaba el amor como un tema muy anecdótico, o Sea Of Thieves, donde prima la guerra. A la vez, hemos de tener en cuenta el componente furry de la obra, que puede resultar un tanto polémico teniendo en cuenta que hay momentos ligeramente sexuales según nuestras acciones.

Las relaciones no están limitadas a opciones heterosexuales, sino que se nos plantea la posibilidad de terminar la aventura con una buena moza entre nuestros leoninos brazos. Uniendo este aspecto con el de la evolución física de los personajes, también es de agradecer que tengamos la posibilidad de querer o ser queridas por personas cuyo cuerpo está fuera de lo normativo. The Pirate’s Fate transmite, por tanto, la valiosa lección de que el amor es para todo el mundo. De nuevo, lo indie sienta precedente.

¡¿Pero hay algo negativo en este juego?!

Por supuesto, The Pirate’s Fate no es un título perfecto. Si bien innova en lo mencionado, tiene varios errores por los que no recomendaríamos pagar los 19,99€ que cuesta su edición estándar (y, mucho menos, los 39,96€ de la edición deluxe). El primero es la falta de elección en ciertas partes del juego, de manera que en ocasiones parece más una novela al uso que una aventura conversacional donde tienes derecho a elegir la historia.

Relacionado con esto, encontramos determinadas líneas que acababan en un final prematuro y muy abrupto; sucede, por ejemplo, en la isla de la segunda moneda. En este caso, la opción que nos da el juego es retroceder al inicio de la conversación para escoger la opción correcta. Es decir, reconduce de una manera muy obvia.

En cuestión de sonido, hemos de diferenciar entre la calidad de la ambientación y el doblaje. Si bien la banda sonora consigue su propósito de sumergir al jugador, las voces provocan el efecto contrario al tratarse de actores amateur que no dan excesiva profundidad a sus personajes. La narración hablada tampoco es constante, sino que se aplica a diálogos muy concretos y, por desgracia, llega a causar lag en la carga de los textos. Se trata de un aspecto que el estudio debería mejorar o eliminar.

Dentro del apartado de imagen, destacaría el formato cuadrado (4:3) en el que está creado el juego. Un verdadero error teniendo en cuenta que la gran mayoría de las pantallas actuales de ordenador, por no hablar de la totalidad, emplea un formato panorámico (16:9) que permite abarcar muchísimo más. En consecuencia, lidiaremos durante la partida con unas fastidiosas franjas negras a los lados que carecen de sentido funcional y estético.

En definitiva, The Pirate’s Fate es una experiencia entretenida pero no adictiva ni imprescindible. Lo recomendaríamos, tal vez, para esas tardes de indecisión en las que apetece probar algo diferente, ya que la duración media de una vuelta es de cinco horas. Por supuesto, es perfectamente rejugable y permite encontrar aventuras distintas a poco que cambiemos un par de respuestas. Además, hereda de otras novelas visuales ese fantástico sistema de guardado y carga que permite retomarla desde el punto deseado.

La aventura solo está disponible para PC por el momento. El precio, como ya adelantábamos, es de 19,99€ en su edición estándar y de 39,96€ en la edición deluxe, incluyendo esta extras como varios epílogos nuevos, la banda sonora, un libro de arte y un cómic digital. ¡Al abordaje!

Samanta Sempere

Periodista, Marketing intern en From The Bench Games y estudiante de Comunicación Audiovisual. Si tuviera que describirme como un personaje de videojuego, sería una mezcla entre Tracer, Max Caulfield, Sam Greenbriar y Rena Ryuugu. Curiosa por naturaleza, nunca me canso de aprender. Reparto mi tiempo libre entre novelas y ensayos, consolas y diversos proyectos locos relacionados con los videojuegos.

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