Análisis: Agatha Knife

*La ilustración que encabeza este análisis es obra de Irene Alvarado (@NarilGVB).

De la mano del estudio catalán Mango Protocol, nace Agatha Knife: la historia de una niña de pelo azul, con marcadas ojeras, cuya vida transcurre en la trastienda de una carnicería. Esta aventura gráfica de estilo point-and-click, es la segunda entrega de la saga Psychotic Adventures, que dio comienzo en 2015 con su primera entrega MechaNika.

Aquí podéis leer nuestro análisis sobre MechaNika.

¿Cómo reaccionaríais si, un día cualquiera, os encontrarais con una niña de apenas siete años que afirma vivir en la trastienda de una carnicería y cuyo mayor hobby es degollar a tiernos carneritos? Pues así es Agatha, nuestra “encantadora” protagonista. Esta peculiar niña trabaja y vive en la carnicería de su madre. Allí se encarga de mimar a sus tiernos animalitos cada noche hasta el amanecer, momento en el que acaba con ellos para convertirlos en sabrosas hamburguesas. Agatha haría cualquier cosa para que el negocio familiar siga prosperando. No le importa vivir en la trastienda y hasta considera innecesario que su madre le pague por su trabajo.

Pero las cosas no van demasiado bien para la carnicería Knife’s y la madre de Agatha decide ir a la iglesia a rezar; con la esperanza de que el negocio mejore. Allí conoceremos a un señor, con cierto aire a Marilyn Manson, que nos aconsejara crear nuestra propia religión y así salvar nuestro negocio. A partir de aquí iremos conociendo a diversos personajes, que nos irán ayudando a construir nuestra religión: el Carnivorismo.

Mango Protocol ha logrado crear una aventura con una fuerte crítica social, en diversos ámbitos, a la vez que integra pequeños guiños a la cultura pop y friki. Todo aliñado en su justa medida, para que podamos disfrutar de una aventura al más puro estilo clásico pero sin menospreciar su narrativa. Habrá diferentes quests o misiones que deberemos ir resolviendo para crear el Carnivorismo; coleccionando objetos y utilizándolos en el lugar adecuado como cualquier aventura gráfica clásica.

«Mango Protocol no inventa la rueda, pero todo lo que plantea en Agatha Knife  lo hace bien.»

Por otra parte, sus mecánicas jugables son apenas un mero trámite para el estudio español, que pretende hacernos reflexionar, a lo largo de toda la aventura, acerca del simbolismo de la fe y la religión para la humanidad. Agatha se autoconvence a sí misma de que lo que hace está bien, porque ella quiere mucho a sus animalitos aunque al final acabe matándolos a sangre fría. Busca la manera de convencer al resto de animales, a través del Carnivorismo, de que al morir irán a un lugar mejor. Y no lo hace realmente para que no sufran al morir, sino más bien por su deseo “egoísta” de querer seguir siendo carnicera. ¿No os recuerda a nada? Las referencias al catolicismo son constantes. Agatha es apenas una niña que está empezando a entender cómo funciona el mundo y durante ese proceso entiende, que los adultos tendemos a autoconvencernos a través de elementos como la fe, para no sufrir ante aquello que desconocemos y así no sentirnos culpables por nuestras acciones.

El estoicismo de Agatha por lograr lo que ella considera que es lo correcto, no es muy distinto a la infinidad de conflictos que se han disputado a lo largo de la historia por defender una simple creencia. Sin embargo, este no es el único elemento que los chicos de Mango Protocol dejan a libre entendimiento del jugador. Iremos conociendo a diversos personajes cuya moralidad y ética quedan continuamente en entredicho, para que el jugador reflexione sobre ello.

Aún así es difícil catalogar al personaje de Agatha. Lo más probable es que a la mayoría de jugadores les genere sentimientos encontrados. Por una parte, es una representación humana y creíble. Un personaje que acaba entendiendo el amparo que da la fe, cuando los demás rechazan tus acciones y ponen en entredicho tu forma de proceder o tú mismo acabas por cuestionar lo que haces. Por otra, Agatha es una hipérbole en sí misma. Una exageración que busca la simpatía y el rechazo del jugador a partes iguales. Una manera de representar los errores y miedos de una persona adulta en el cuerpo diminuto de una niña, que apenas ha comenzado a crecer.

«El personaje de Agatha es una hipérbole en sí mismo.»

Agatha Knife realiza también una crítica mordaz a diversos temas candentes de nuestra sociedad. Desde pequeñas referencias políticas (como ese guiño a la construcción de una fila de aparcamientos en un pueblo sin coches), hasta críticas a la telebasura, la tendencia social de vivir constantemente aparentado poseer lo que no tenemos o criticas superficiales a la transfobia y el abandono/maltrato animal.

El juego hace gala además de diálogos bien construidos. No será raro que nos encontremos con conversaciones donde se reivindica la libertad de que cada uno sea como quiera ser, de no prejuzgar a los demás por su apariencia física o de que cada uno pueda elegir su profesión sin imposiciones. También es importante destacar la coherencia narrativa de Agatha Knife. Es muy común, en juegos de este género, que el jugador pueda entrar y rebuscar en casi cualquier sitio aunque carezca de sentido hacerlo. Agatha nos advertirá en ocasiones, rompiendo la cuarta pared, si queremos acceder, por ejemplo, a la casa de alguien que no conocemos de nada. Además todas nuestras acciones tienen consecuencias inmediatas y si hacemos una pregunta impertinente a cualquier personaje, este nos podrá reprender por ello o Agatha decidirá no volver a hablar con él.

Quizá la mayor pega es que no todo está retratado con el mismo acierto. A veces se peca un poco de tirar de clichés y estereotipos, a la hora de representar a ciertos personajes. No obstante, no empaña en absoluto el resultado final, ni tampoco a las ideas que el juego plasma con tanto acierto. Agatha Knife es un producto que busca también entretener al jugador a través de sus diversos easter eggs y por su humor en ocasiones algo negro.

Agatha Knife podría haber sido un juego del montón, pero Mango Protocol ha logrado darle un cariz reflexivo a su obra y crear un estilo propio. Haciendo especial hincapié en una trabajada narrativa, con una fuerte crítica social, y apoyando su base en personajes carismáticos, cargados de humor. Es un titulo que no inventa la rueda y sigue siendo la típica aventura gráfica de resolución de puzzles y recolección de objetos. Pero Mango Protocol tiene un algo especial que te impide desviar la atención de lo que estás presenciando. Una mezcla perfecta entre narrativa y entretenimiento.

Violeta Sáez

Programadora y diseñadora web. Comencé en el mundo de la informática y los videojuegos siendo niña. Intento compaginar mi pasión por la escritura junto a mi rutina basada en estructuras de datos, código y sistemas de la información. “Mi imaginación es mi realidad”.

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