Las cartas ya estaban sobre la mesa para Nintendo y Sony. Las dos compañías niponas ya han lanzado sus respectivos sistemas hardware. No obstante, Microsoft aún tenía una carta bajo la manga y las expectativas eran altas. Scorpio era la jugada maestra de Microsoft durante este E3. La propuesta de la compañía estadounidense era ofrecer la consola más potente jamás lanzada, pretendiendo superar así a su principal competidora en la batalla por estandarizar el 4K. Microsoft no ha decepcionado en ese sentido.
Xbox One X, será lanzada el 7 de noviembre de este mismo año, ofreciendo una resolución 4K nativa, además de disponer de un reproductor 4K UHD Blu-ray. La consola contara con un GPU cuya potencia alcanzará los 6 TFLOPs, 12 GB de RAM y compatibilidad absoluta con todos los juegos y periféricos lanzados para las versiones previas de Xbox One. De esta manera Microsoft ha pegado un puñetazo encima de la mesa, ofreciendo una consola pequeña y compacta (la más pequeña que ha lanzado la compañía hasta la fecha), muy superior a lo que ha ofrecido Sony con su PS4 Pro. Todo ello a un precio de 499$ (499€ en Europa).
Una vez esclarecidas las primeras incógnitas sobre la nueva plataforma, lo que se esperaba por parte de Microsoft era demostrar, a través de sus juegos, lo que es capaz de hacer su nueva máquina. La conferencia comenzó con muy buen ritmo, como viene siendo costumbre en los dos últimos años. A lo largo de toda la conferencia, pudimos disfrutar de los avances de aproximadamente unos cuarenta juegos (22 completamente exclusivos).
Comenzando, como viene siendo costumbre, por Forza Motorsport 7. Quizá de los pocos juegos que hicieron gala de lo que la nueva consola puede ofrecer a nivel técnico, con un espectacular tráiler gameplay. También se anunció el regreso de Metro, con Metro Exodus, shooter en primera persona inspirado en una conocida saga de novelas de ciencia ficción. La conferencia continuó con un pequeño adelanto de Assassin’s Creed Origins, esta vez localizado en Egipto y cuya historia se centrará en los devenires de una recién forjada hermandad de asesinos. Contamos también con adelantos de nuevas entregas como Dragon Ball Fighter Z, Crackdown 3, un extenso gameplay de Shadow of War o la inesperada precuela del laureado Life is Strange, protagonizado por una rebelde Chloe Price, años antes de lo acontecido durante el primer juego.
Pero si por algo se caracterizó la conferencia, fue por la gran variedad de títulos mostrados de diversa índole. Se anunció un nuevo título del juego de plataformas Ori, cuya nueva entrega (Ori and The Wild of the Wisps) seguirá apostando por su marcada estética audiovisual y una historia enternecedora. Además, contamos con una larga demostración de Sea of Thieves, la nueva obra de Rare, que basa sus mecánicas en divertidas batallas navales en modo multijugador online. Se mostraron también nuevas propuestas como el prometedor The Last Night, con estética pixel art ubicado en un futuro distópico. El divertido Super Lucky’s Tale, juego con tintes noventeros, que nos invitara a recorrer coloristas mundos plataformeros de la mano de un simpaticote zorro. O Cuphead, el esperado juego de plataformas con un inigualable estilo visual, basado en las primeras animaciones de la historia del cine, que se lanzara definitivamente en Xbox One y PC el próximo 29 de septiembre.
Finalmente, la conferencia cerró sus puertas con el anuncio de la retrocompatibilidad de Xbox One con los juegos de la primera Xbox original y un extenso gameplay del juego desarrollado por Bioware, (y presentado durante la conferencia de EA) Anthem. Juego de acción multijugador con toques RPG, que sorprendió a los presentes con un acabado técnico impresionante y una inmersiva ambientación. Solo queda ver si el resultado final, acaba siendo tan prometedor como parece a simple vista.
El resultado final es una conferencia con un muy buen ritmo y un gran número de nuevos lanzamientos, aunque el poso que deja es algo agridulce. Quizás esperábamos más de una Microsoft, que debería haber puesto toda la carne en el asador. La conferencia pecó de contar con pocos juegos de peso, que fuesen exclusivos para la plataforma. Al final disponemos de un buen número de juegos “menores”, que satisfarán a los actuales poseedores de una Xbox pero que, probablemente, no convencerán del todo a los nuevos usuarios que estuviesen pensando en adquirir la plataforma.
Microsoft ha demostrado ser una maestra en crear una consola potente, con un gran acabado, pero cuya adquisición queda realmente en entredicho, si no son capaces de aprovechar el espectacular rendimiento que la consola puede ofrecer. Quedará por ver, si en lo que queda de año, logran sorprendernos con algún juego que realmente aproveche la potencia de su “bestia negra”. Tiempo al tiempo.