Sonar Beat: vicio, arcade y música

Sonar Beat - Terebi Magazine
Por Raquel Rojas.

Si metemos en una coctelera la idea de diseñar un juego musical, con una banda sonora electrónica envolvente, más un estilo arcade que nos haga rememorar los juegos de los 80’s y 90’s,  obtenemos como resultado Sonar Beat, un juego indie que, a pesar de su simplicidad, resulta bastante adictivo.

Sonar Beat se trata del primer proyecto que hace Life Zero junto a Hiberus Games. La dinámica es bastante sencilla: nos encontramos ante una interfaz con una estética que nos recuerda a la del radar de un submarino con tres círculos concéntricos, en los cuales van apareciendo señales que marcan bombas a lo largo del barrido que va realizando. Nuestra misión es obvia, tenemos que destruir esas bombas antes de que nos destruyan a nosotros conforme la marca del barrido llegue a ellas.  La dificultad reside en que, si nos olvidamos de alguna de las bombas de la primera zona, volverán a aparecer en la siguiente, más las nuevas del nuevo barrido. Si volvemos a fallar, tenemos una nueva oportunidad, antes de  que exploten al llegar al centro, pero hay que sumarles las bombas del nuevo barrido y las que puede que hayamos fallado en la segunda vuelta, es decir, las bombas se van acumulando en el tablero hasta que nosotros las destruyamos o exploten en el centro.  Si dos bombas llegan a explotar, game over.

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La música que nos acompaña a lo largo de cada pantalla de Sonar Beat, es un elemento esencial en la experiencia, no es de extrañar que te recomienden desde el principio utilizar auriculares. La música se vuelve tu aliado, si eres capaz de seguir el sentido del ritmo y tener una buena coordinación entre las notas que vas escuchando y el momento en el que debes presionar el botón para ir destruyendo las bombas que van apareciendo, te resultará más fácil completar los diferentes 12 niveles. Cada nivel es una canción distinta, con distinto ritmo, y obviamente, cada vez un poco más complicado. Muy lejos de que mi frustración al principio de jugar y cogerle el truco a las diferentes pantallas, me hiciera abandonar el juego, crecía dentro de mí algo que no me permitía dejar de intentarlo. Podéis llamarlo deseos de superación, podéis llamarlo simple cabezonería, lo único que sé con seguridad, es que estuve horas totalmente enganchada, con los cascos puestos, disfrutando cada intento fallido y celebrando cada vez que conseguía superar el nivel.

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Un detalle que podría ser más positivo de lo que ha resultado ser al final, es que te da la opción de jugar con el mando en lugar de sólo con el teclado, si quieres lo prefieres, claro,  lo que a mí personalmente no me ha terminado de convencer. Solamente hay que usar dos teclas: una para bombas simples, otra para cuando son dos bombas al mismo tiempo las que tienes que destruir. La opción de configurar las teclas del mando son limitadas a ese respecto, en el sentido de que sólo se pueden utilizar las teclas del lado derecho, por lo que o tienes que coger el mando con una postura incómoda para dar a las diferentes teclas con diferentes dedos, o bien lo usas de manera normal y solo usas un dedo. Quizás el problema es que yo sea de pulgar lento, pero a cierto nivel del juego  fallaba muchísimo más jugando con el mando que con el teclado y las teclas configuradas que me eran más cómodas. Si se pudiera configurar el mando con los botones del lado izquierdo también, creo que hubiera ganado bastante en jugabilidad.

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Otro elemento bastante importante que tiene Sonar Beat, es su ranking online. Tiene una tabla de clasificación mundial, que puedes consultar siempre que quieras, lo que hace que crezca la competitividad entre los jugadores, una forma muy inteligente de crear comunidad en el juego.

Sonar Beat - Terebi Magazine

Si echamos la vista atrás, los dos ejemplos que me vienen a la cabeza de juegos musicales son Guitar Hero y Rock Band, ambos de Harmonix. Soy consciente de que hay muchos más ejemplos, y quizás muchísimo mejores, pero estos dos son con lo que yo experimenté tardes enteras en su día con los amigos bastantes fines de semana. La diferencia básica de estos dos juegos y Sonar Beat,  obviando los instrumentos musicales, es que son juegos lineales. Todas las notas aparecían en una franja en línea recta que se acercaba a la zona donde tenías que presionar las teclas de la guitarra o darle a la batería. Sonar Beat le da un pequeño giro a esa idea, transformando las líneas rectas en los 3 círculos concéntricos, haciendo que la vista del jugador tenga que vagar por ellos a la misma velocidad que el barrido del radar, lo que no es algo que dificulte el juego, pero sí le da otro ritmo a lo que ya estábamos acostumbrados.

Quizás no sea un juego para darte un atracón durante días enteros, pero sí es una experiencia interesante para desconectar a ratos.

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