Playful experiences: una forma diferente de enseñar a hacer videojuegos

Al pensar en videojuegos, muchas veces nos imaginamos los típicos títulos que año tras año inundan nuestras estanterías y que suelen proceder de empresas mastodónticas en los Estados Unidos, Europa o Japón. Playstation, Xbox, Nintendo, Steam… pero en los últimos tiempos he tenido la suerte de poder introducirme un poco más en otro tipo de “artefactos” que también pertenecen a la industria, pero es una industria que no todo el mundo conoce. Sobre todo porque son experiencias que llegan antes a aquellos que se mueven constantemente en el panorama independiente, por lo que es difícil que lleguen directamente al público.

Como si de un satélite se tratase, los videojuegos también tienen una cara oculta maravillosa que lejos de ser oscura, nos propone un futuro brillante que además tiende a ser accesible al talento creativo emergente.  Una de las personas que están contribuyendo a que este arte sea más accesible y mejor comprendido es Phoenix Perry, una mujer impresionante que es la creadora del máster de desarrollo independiente de la universidad inglesa Goldsmiths, en Londres.

Phoenix Perry y Robin Baumgarten durante la ponencia de éste último.

Phoenix, nacida en los Estados Unidos, es investigadora en informática y videojuegos y la cabeza pensante de una docena de iniciativas tanto en Londres como en América. Una de ellas es Code Liberation, una asociación que dirige junto a varias profesionales y cuyo objetivo es enseñar a mujeres a programar y crear sus propios juegos. Hasta ahora han pasado por sus manos más de 3.000 mujeres y tienen diversos programas gratuitos tanto en la capital inglesa como en Nueva York.

A finales del mes de septiembre tuve el inmenso privilegio de poder asistir a la exposición de los proyectos de fin de máster de los alumnos de Phoenix. El evento, llevado a cabo en una iglesia gótica propiedad de la universidad y donde están los laboratorios de videojuegos, fue como entrar en el país de las maravillas para los que estamos interesados en los juegos y la tecnología. La sensación que se respiraba era casi mágica, una comunión entre lo viejo y lo nuevo, el ritual sagrado y el mundo real fundido para, entre medias, acoger en sus brazos a los recién nacidos proyectos.

Al principio, Phoenix y sus alumnos hicieron juntos el ritual mágico final con el que daría comienzo la presentación. Se sentaron todos juntos en el suelo en círculo para darse las manos una vez más en el último día de un largo y fantástico año en el que habían trabajado mucho para sacar todos sus juegos adelante.

Después del ritual y unos cuantos merecidos abrazos, los asistentes pudimos disfrutar del discurso de iniciación de Phoenix y, posteriormente, de las charlas de tres grandes profesionales: Cara Ellison, Robin Baumgarten y Federico Fasce.

Cara Ellison
Robin Baumgarten
Federico Fasce

Cara Ellison es narrative designer. A veces escribe para videojuegos, otras para la televisión e incluso participa en cómics. Vive en Escocia y ha trabajado en múltiples estudios alrededor del mundo.

Robin Baumgarten, establecido en Londres, explora el hardware experimental y es el creador de obras como Line Wobbler y Garden Wobbler, que quizá pudiste disfrutar en Bemyhuman 2018 en Madrid hace no muchas semanas.

Federico Fasce, nacido en Génova y establecido en Londres, lleva trabajando en la industria del videojuego desde 1996. Es profesor de game design en Goldsmiths y cree firmemente que la salvación de la industria recae en traer más talento y que más personas se lancen a crear sus propios juegos.

Una hora de discursos inspiradores de estos tres profesionales y pudimos lanzarnos a probar las obras de los casi graduados alumnos, una gala de luz y color multijugador.

El primer proyecto que probamos fue Campfire Tales, historias al amor de la lumbre en digital por Matthew Deline. Pero no todo todo era digital, lo más sorprendente es que a este proyecto le acompañaba una fogata hecha de papel en la que si soplabas, podías avivar el fuego de verdad en la pantalla.

Seguimos con Chronofold, cuya descripción rezaba: “Un puzle de doblar el tiempo donde la realidad no es lo que parece” y fue realizado por Billy Karnchanapee, Doruk Hasdogan y Ece Seyrek.

Natural Tone, por Jade Hall-Smith y Hannes Flor, es un juego sobre autismo y otras minusvalías. La desarrolladora ha publicado varias entradas sobre el desarrollo del juego que son muy interesantes y que bien merecen ser leídas.

Slippery Slope, por Tommy Graven, era un juego casual para smartphone sobre mantenerte en una pendiente el máximo tiempo posible.

Evolyte
Evolyte
Soli
Soli
With Feeling
With Feeling

Evolyte, por Hugh Kennedy, que muestra el efecto a largo plazo de las tecnologías blockchain.

Soli, por Alex Fletcher, era un juego sobre encontrar tu compositor interior donde tu mente es el controlador y actúa como un generador audio-visual.

With Feeling!, de Raymond Vermeulen, era un juego de rol sobre mantener amistades y superar retos cantando y bailando.

Void of Memory

Void of Memory, por Julia Makivic, va de encontrar a un amigo del instituto que se perdió el anterior verano a través de la interacción con un sistema futurista de vigilancia.

Y por último, Paaaaahhhhhng! de Benjamin Tandy, era un juego que se proyectaba en el suelo en el que competías con otras tres personas y tenías que luchar por sacarles del campo. El juego cambia rápido las reglas y eso fuerza al jugador a tener que adaptarse rápidamente al nuevo terreno para poder ganar.

Como podéis ver, los alumnos de Phoenix presentaron ideas de lo más interesantes y que, a mí por lo menos, me dejaron con una sensación de satisfacción muy grande viendo las infinitas posibilidades creativas que existen dentro del videojuego. No está todo inventado, ni muchísimo menos. Es más, creo que ahora empezamos a tener más conciencia y más herramientas para hacer posible un videojuego que no sólo entretenga si no que también pueda ayudar a mejorar la vida de las personas y a crear conciencia de problemas y temas que normalmente no se representan a través de este medio.

Si estáis interesados en conocer más proyectos relacionados con Playful Experiences podéis hacerlo aquí.

Marina Díez

Soy filóloga italiana y llevo más de seis años dedicándome al periodismo de videojuegos en varios medios de comunicación. He fundado Terebi Magazine y hoy por hoy puedes leerme también en Nivel Oculto. También doy conferencias cuando me dejan.

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