Sofia Francisco La compañía de Yves Guillemot ha sido la que mejor conferencia ha hecho, con diferencia, en este E3. Desde el anuncio de un juego colaborativo como va a ser Mario + Rabbids: Kingdom Battle al lanzamiento de un nuevo Beyond Good and Evil 2, ha habido una ruleta rusa de emociones.
Ubi no falla: suele ser la conferencia más divertida y excéntrica. Y de nuevo, han cumplido con las expectativas respecto a la performance de este evento. Pudimos ver a un Miyamoto, que acogía con cariño un Guillemot, dando lugar al dúo más popular de este E3 2017.
Sin embargo, no todo nos interesa por igual. Hay algunas cositas que pueden estar más o menos bien como un The Crew 2 que nos puede pasar de largo con esos cochacos que se gastan, y aviones, y graficazos. Y todo lo más hardcore que se pueda ser en un entorno donde las carreras son el pan de cada día. La VR esta vez se ha mostrado con un toque más introspectivo de la mano de Elijah Wood que parece apadrinar ese Transference que nos deja con la premisa de podernos meter en la mente de alguien a través del uso de esta nueva (y poco interesante) Realidad Virtual.
Tampoco me pareció para tanto ese Skull and Bones que parece hacer de la mecánica de un Black Flag de hace años un juego entero por igual. Habrá que ver cuál es el resultado de esta decisión que tiene pinta de quedarse en el tintero.
Algo que sorprendió para ¿mal? Fueron esos amibos chungos de Starlink: Battle of Atlas que tienen pinta de incómodos a la hora de echarle una mano. Tampoco es mi tipo de género, así que no recuerdo mucho más de este jueguico de Ubisoft.
Vayamos a por los hits antes de que nos durmamos: se mostró más sobre Far Cry 5 y Microsoft se encargó de destripar la gran crème de la crème: Assassin’s Creed Origins. En primer lugar, la sociedad post-Trump parece abrirse paso en la quinta entrega de un sandbox que siempre ha sido valiente a la hora de afrontar nuevos ambientes, lugares y sociedades. Sabemos que no ha sentado muy bien al público estadounidense, y de ello, se extrae que el juego traerá polémica allá donde vaya. En términos de lo que se vio en la conferencia, deja con ganas de más. Se pueden extraer mecánicas vistas en el Watch Dogs 2 (que se vapuleó injustamente, por cierto) para darnos momentos tan locos como un ¿perro que nos da una metralleta? Lo bueno: podremos comprobar aquello de crearnos nuestro propio personaje el 28 de febrero de 2018. Casi nada.
Assassin’s Creed Origins tuvo sus mini-espacios. Desaprovechándose su momento estelar, se mostró un tráiler para pasar a una sala donde se enfocaba directamente a una pantalla donde se mostraba gameplay real del juego. Como no se veía absolutamente nada, se mostró media hora después de la conferencia. ¿Qué extraemos de todo esto? Que la llegada de una nueva entrega tendrá que ser vista cuando toque: en este caso el 27 de octubre de 2017. Sobre todo en términos de si volvemos a experimentar ese gusanito que tuvimos con Altair o Ezio que se perdió entre barcos, Big Bens y movidas varias. La ambientación me gusta, pero el toque dron (de nuevo extraído de Watch Dog 2 con el águila o la flipadez de matar hipopótamos a lanzazos) nos deja un poco flipated de la cabeza.
Por último, pero no por ello peor, nos quedamos con el anuncio de Beyond Good and Evil 2. Tras quince años volvemos a ver algo sobre este título, que debo ser sincera, desconocía hasta hora. Se tratará de una precuela (ambientada antes del nacimiento de Jade) que nos dejó a un Ancel emocionado encima del escenario. El tráiler no tiene parangón y fue de las cosas más destacables dentro de la conferencia.
Nos dejamos algún que otro anuncio como el Just Dance 2018 de turno, South Park y sus jueguicos por salir y la expansión de olimpiadas norcoreanas de Steep, pero lo mejor de Ubi fue su ritmo, su forma de tomarse el E3 como un espectáculo donde nos ilusionen la cabeza durante una hora y media. Aplausos para la compañía y por hacernos soñar otro año más.
